jueves, 31 de julio de 2008

SOÑAR


Siempre me gustó soñar despierto. Buscaba con denuedo la oportunidad de estar a solas conmigo mismo, para fantasear, ensoñar placenteramente, masturbarme mentalmente. Soñar despierto es una actividad perseguida por la casta sociedad de los normales y decentes que se ganan la vida con el sudor de su frente o el ardor de su culo.
Soñar es como volar. Estar atento es estar preso de las circunstancias.
La tensión implícita en el acto de atender al mundo como si nos importara conlleva un cansancio severo. ¿Has notado que el teléfono no ha sonado en la última media hora? pregunta esta niña estúpida que vive del mundo y sus vaivenes.
A quienes no les gusta soñar los acompaña el radio, los protege el ipod y los audífonos impermeables y atercipelados. Soñar requiere de silencio. Soñar es para ángeles, digo yo, que me he cortado las alas y llevo las uñas de los pies en color rosa pálido natural.
Soñar en el desierto escuchando tu voz sobrepuesta a otra tormenta,esta de arena. Soñar que vas vestida de nubes y que de tus pezones escurre mantequilla.
Soñar que soy blanca, blanda, tersa...que soy nieve, que caigo en copos suavísimos sin viento, hacia el centro de la tierra. Soñar que de las nubes vino un rayo de luz verdoso y muy caliente.
Lo duro de soñar es despertar al mundo de los relojes y las caras lacrimógenas, las caras serias que tienen afán de cumplir con su deber, de ser santamente normales y no percibir sino lo que está permitido.
Lo duro de despertar es que tú no estás desnuda como en mi sueño, no eres una descarada sinverguenza y no te gusta lamer escrotos.
Soñar , soñar, soñar por horas montado en los buses hediondos de ventanillas sucias. Que caso hay en mirar por ellas si la realidad de afuera también está sucia?

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