martes, 19 de abril de 2011

LA PUNTA Y LO REDONDO






Son los Nurudim seres muy serviciales cuya finalidad es ser abyectos. Cuando en cualquier mañana temprana sientes que tocan a tu puerta con sus nudillos frágiles y su manera escurridiza de hacerte sentir su presencia servil, ya sabes a qué atenerte: pasarás el dia siendo servido. Cocinarán para ti, lavarán la ropa,harán el aseo general y si lo deseas te brindarán sexo oral, anal, o lo que te dé la gana.
Cuando abres la puerta y ves sus hermosos rostros sonrientes y lampiños, sus carnosas bocas y sus dientes blanquísimos contrastando con su suave bronceado permanente , no puedes cerrarla bruscamente ante sus respingadas narices o sus tiernos pechos hermafroditas y mucho menos ante sus vientres de eunucos sin tacha. Ellos dirán entonces en un coro de tiernas vocecillas:
Venimos a servirte!! (con un entusiasmo que se antoja excesivo)
Y con gesto sumiso agacharán la cabeza mientras miran dulcemente a un punto indefinido del espacio y se muestran asquerosamente suaves.

Llegados a este punto, sientes por un brevísimo instante deseos de romperlos con tus manos y observar con detenimiento de qué materia están hechos....pero es solo un instante, que pasa presto, que no se traduce en gesto.....tienes derecho a un instante de asco.....

Luego, debes dejarlos entrar a tus dominios para que tomen posesión de ellos, para que destronen por un dia a tus habituales de sus lugares favoritos e impregnen los ambientes con su fragancia inane, con su airecillo mustio y el suave susurrar de sus pies descalzos sobre la alfombra impoluta, llenándolo todo con su suave e inapelable eficiencia: jugo de naranja, perfecto. Aseo del inodoro y los servicios, perfecto. Aroma en los guardarropas, perfecto. Brillo en las baldosas , perfecto. Exterminio de las cucarachas ,perfecto. Lenguetazos en el glande, perfectos.

Por mucho que te cueste aguantarlos debes hacerlo, pues quienes se niegan a aceptar sus servicios corren graves riesgos. Se ha sabido de casas de donde los han rechazado negándoles la entrada y sus pobres dueños han caído en ruina, pero no una ruina paulatina, gradual, sino una ruina desesperante e inverosímil, ruina total e intolerable: se les cae la casa, se les pierden las cosechas, los negocios se dañan inexplicablemente, los objetos desaparecen como por encanto, los hombres se vuelven impotentes y si tienen hijos estos se malogran adoptando caminos equívocos.

Algunos de estos desgraciados en su desesperado arrepentimiento han tratado de buscar a los Nurudim para implorar su perdón y ofrecerles lo que les queda de casa para que la arreglen, pero....no los encuentran, ellos son inhallables. Ellos son los de la iniciativa, los que siempre nos encuentran y saben de nosotros.

De dónde provienen?....es todo un misterio, aunque se les ha tratado de ubicar en el Bosque Pequeñito por aquello del jugo mágico y el árbol que llora por las noches, nadie sabe con certeza su procedencia y mucho menos a dónde van despues de servir pues son evasivos y misteriosos a más no poder.

El halo de secreto que los rodea es exasperante ya que nadie ha logrado hacerles la autopsia ni someterlos a interrogatorios adecuados. Se escurren en las sombras y aparecen donde y cuando menos se les espera. Jamás llegan para arreglar la casa luego de un intenso jolgorio ni cuando la pereza nos hace desearlos. No. Llegan cuando les da la gana, cuando son inoportunos, cuando tenemos visitas excitantes, cuando queremos estar solos para escribir una carta importante y secreta.

Las historias de los Nurudim trascienden las fronteras: son cosa de todos los dias en Pelusia Tattú, se ha oído de ellos en Saltamordia y el reseco Lelelé, sus visitas son comunes en las casas de Atapues a pesar de la muralla. En toda la región de Tlasconia tratan de evitarlos con el símbolo secreto del Añañao que colocan en las entradas de las casas, sea en los dinteles o directamente sobre la puerta; en cambio son desconocidos por completo en la región de Abisquis en donde los placeres de los sentidos no dan tiempo a preocuparse por serviciales Nurudim ni otros engendros.

En cuanto hace al tiempo que se les conoce, cuentan los historiadores más versados que ya se oía hablar de ellos en las épocas lejanas en que los ignorantes fueron relegados al desierto y los poderosos tomaron posesión de las comarcas verdes y los rios de miel y ambrosía. En algunas inscripciones de viejísimas tablillas se lee que siempre han sido excelentes como esclavos pero poco agradables como compañeros de tertulia.

Desde siempre se les ha identificado con el paso raudo del viento o ha sido dicho que su paso produce el viento. Lo único cierto acerca de los Nurudim es que debeis tener cuidado cuando aparezcan por vuestra casa: dejadlos entrar, permitidles que hagan,laven, cocinen, chupen, lamban, que limpien todo de pé a pá, que arreglen y le saquen brillo a todo cuanto sea brillable. Que soplen, sacudan y estremezcan todo vuestro ser, incluyendo la punta y lo redondo.







3 comentarios:

pixel dijo...

Es una historia original y curiosa que aunque pueda parece una tontería no lo es, es divertida y los nombres, ¿cómo se te ocurren?

Me gusta leer cosas así, salidas de la imaginación. Si viene un Nurudim, por su puesto que le dejo pasar, solo por escuchar su vocecita merece la pena, qué lindos :)

Un abrazo

leonardo asimov dijo...

Gracias Pixel por tu generoso comentario. Debo contarte que desde hace tiempo he creado una especie de mitología acerca de una isla enorme llamada Malp-Aridez, en parte verde y en parte desértica, posee regiones diversas con nombres que ya has ido conociendo y con habitantes azás curiosos e irreverentes. Poco a poco iré publicando más sobre esta mitología.
Coincido contigo. Me gustaría que unos Nurudim vinieran a mi casa y cumplieran con sus deberes. Sería estupendo. brazos.

Alfonso dijo...

Bellos y sugerentes palabras que son nombres que suenan extraños, pero que reflejan la realidad de la imaginación...Leonardo con tus palabras recorro la tierra del sueño y el "planeta de las posibilidades imposibles" que desnudan el alma y el aliento... es como si montara al legendario pájaro Shantak y me sumergiera en el ciclo onírico de Randolph para recorrer no las tierras góticas, si no las tierras de las emociones y los sentimientos humanos. Gracias por tus palabras cargadas de imaginación, sorna, descaro o más bien DESCARNO...