jueves, 10 de marzo de 2011

LA BICICLETA SOBRE EL MURO

Un muro cálido sobre el que alguien ha dejado una bicicleta. Tal vez ese alguien nos mira a través de la pequeña ventana, vigilante. Vigilan también los árboles de invierno, acariciados tímidamente por un sol incapaz de conmovernos. El juego de las sombras nos deja ver el secreto de los volúmenes del edificio. Muy lejos , el azul del cielo es una promesa que convoca esperanzas, pero la soledad del cemento nos hunde sin misericordia en especulaciones baratas de las que solo nos rescata la posibilidad muy cercana de que el ,o , la, ciclista, retorne al manubrio,le insufle vida a las dos ruedas y nos deje inundados de nostalgia por la brevedad de su presencia. La imágen se preña de posibilidades si insisto en mirar por la ventana y me olvido de que soy tan solo una cámara que observa, un ojo que capta, un perceptor que divaga y se entretiene tejiendo pensamientos.

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